martes, 8 de marzo de 2016

Los extremos nunca son buenos

En las últimas sesiones de clase, hemos tenido el placer de trabajar una película fantástica llamada La lista de Schindler de Steven Spielberg.

Esta película que trata sobre el totalitarismo nazi y el holocausto, muestra la historia de Oskar Schindler (personaje principal de esta) y su egocentrismo queriendo conseguir enriquecerse a costa de la mano de obra barata, es decir, los judíos. De hecho, su mano derecha pertenece a ese colectivo de personas que él desprecia por sus creencias religiosas al ser Oskar nazi.

La psicología de este personaje cambia a lo largo de la historia puesto que va desarrollando cierta empatía por los judíos decidiendo así salvar alrededor de unas 1.100 vidas, todos ellos trabajadores de su fábrica elegidos por su contable.

Quizá una de las escenas más conocida de este film sea la de la niña del vestido rojo en la matanza del gueto de Cracovia, representando en medio de ese caos y horror, la poca esperanza de vida que quedaba allí, la inocencia y la masacre que se vivía. En ese momento, es cuando Oskar que lo ve todo desde arriba de una montaña dando un paseo a caballo con su amante y su mentalidad empieza a cambiar al ver todo ese desastre. La segunda y última vez que aparece la niña en la película fue cuando los altos cargos de la SS, mandaron exhumar todos los cadáveres que mataron esa noche y quemarlos todos juntos.

No quiero seguir haciendo spoiler así que pasaré a dar mi opinión personal:

Sinceramente, me ha gustado mucho esta película ya que desde hace unos cuantos años me ha interesado el tema de los totalitarismos.

A lo largo de la película, en cada escena que muere alguien a manos de algún asesino de la SS, muestra que el hombre puede pasar de ser humano a ser un animal o lo que es peor, a no ser nada y convertirse en algo despreciable y asqueroso. Cuando un ser humano mata a otro, deja de serlo.

Como antifascista, feminista y republicana que soy, me produce un gran rechazo ver los campos de concentración o exterminio y todo lo que se hacía en ellos ya que atenta contra los derechos humanos de todas las personas.

He de reconocer que al comienzo de la película, mi cabeza repudió a Oskar por ser nazi pero a lo largo de las sesiones en clase, esto se fue desvaneciendo. Fui teniendo afecto a ciertos personajes, personalmente a los niños pequeños y ancianos pero destacaría a Helen, la criada de uno de los altos cargos de la SS.

Para finalizar, querría decir que el único fallo que le veo a esta película es la escena de las mujeres en el campo de concentración en las duchas puesto que de ellas nunca salió agua, sino que solo de ellas salía gas.